Los expertos del Consejo Nuffield sobre Bioética publicaron un informe en el que advirtieron que unos kits que contienen los materiales y herramientas necesarias para llevar a cabo experimentos científicos podrían constituir graves amenazas en caso de caer en manos de delincuentes o aficionados sin experiencia.
Por lo tanto, los científicos se preocupan por la disponibilidad relativa y la facilidad de uso de las tecnologías: su proliferación descontrolada puede resultar en efectos peligrosos. Así, entusiastas que carecen de la formación adecuada o 'biohackers' podrían adquirir los kits de manera fácil y legal.
En marzo de 2016 el director de Inteligencia Nacional de EEUU, James Clapper, comparó la modificación genética y su proliferación con las armas de destrucción masiva.
Otra preocupación expresada por los investigadores del Consejo de Nuffield consiste en que los agricultores poco concienzudos podrían tomar ventaja de las tecnologías de la modificación genética y aplicarlas en la producción de carne o productos lácteos.
"La propia tecnología de modificación genética obstaculiza la confirmación de la 'pureza' de los productos o la convierte en una tarea completamente imposible", concluyó el miembro del Consejo, John Dupre.